martes, 18 de octubre de 2011

CEGUERA DE AMOR.


A la sombra de tu mirada tierna
Claudican como el hielo bajo el sol
Mis delirios de obtener de ti el amor.
Columpiándome en el seno de una luna idolatrada
Se mecen cual hojas perennes mis sentidos.
Te amo. Se que te amo, aun sin tiempo y sin distancia.
Sin verte a tientas.
Sin buscarte pero buscándote en lo profundo de lo imposible.
Estas. Estas oculto en la fosa oscura de tu mente.
Oscura porque aun no me divisas. No me ves.
No me ves y sin embargo estoy. Para ti o no. Estoy y soy.
No vale ni tu coraza negándote al amor, ni mi instinto.
Mi instinto loco de saberte sin ver.
Y amarte sin respuestas.
Grito tu nombre, lo conjuro, lo dejo cruzar como arena entre mis dedos.
Sé que estas. Talvez adormecido en un letargo lejano.
Sin saber de mi, o si. Tal vez si lo sepas.
Si me sabes, si yo te se, amor, dulce esperanza,
¿Como es que aún no estamos juntos?
Juntos como el sol y la luna, sin el loco placer,
De tu ternura, amor. ¿Que ha sido de ti?
De ti y de mí. Dos locos perdidos en el tiempo.
Desgranando búsquedas inútiles mientras sabemos, o no.
Que solo estamos al otro lado, si, al otro lado.
Cruzando la alameda con aroma a magnolias y aromos.
En medio del presentir de un encuentro.
Encuentro cargado de trinos, hojas secas y flores frescas en las copas.
Estamos. Estamos tan cerca y sin querer…
Hemos cerrado los ojos sin vernos todavía.
Nos esperamos sin divisar el camino de llegada.
Ni razonar por un minuto y dejar suelto el corazón.
Suelto, si, suelto. Que se desboque la pasión.
Que importa si el amor no está prohibido.